¿A DONDE FUISTE AMOR?
En el silencio de la noche,
escucho mi voz interior, el fluir de mis
pensamientos que repiten a cada momento tu
nombre: Amor, Amor, Amor.
Ayer, eras un hermoso sueño
que dibujé en el paisaje del tiempo. Luego
te conocí y viví una aventura vital y
gratificante.
Hoy... eres evocación...
momentos recortados por las tijeras de la
nostalgia y atesorados en el álbum de la
memoria para armar un día, con ellos, en la
última estación de mi existencia, un colage,
en el lienzo de los recuerdos.
¿Recuerdas el día que nos
conocimos?... Escucho el eco de tus primeras
palabras. Comenzaron por ser pequeñas
luciérnagas, alumbrando la oscuridad de mi
alma nebulosa, para convertirse en
rutilantes estrellas, iluminando mi galaxia.
¿Y nuestro Paraíso... nuestro
ambiente de embeleso y de complacencia donde
tú eras mi candelero palpitante y candente y
yo, tu candela generosa y entregada?
¿Y el susurro de los
besos?... ¿Y los besos encendidos tatuando
nuestros nombres en nuestros cuerpos?...
Escucho tu voz... en un
momento de éxtasis, de la delicia que se
vive cuando dos cuerpos se huelen, se
saborean, se tatúan, se acoplan y caminan el
mismo recorrido del ascenso agitado para
descender luego en dos caídas, en dos ríos
de aguas mansas.
¿Dónde están ahora mis
guirnaldas de besos que adornaban la
desnudez de mi piel y eran el albor de mis
mañanas?
¿Con quién cabalga mi jinete
atolondrado y ocurrente?
¿Dónde estalla tu oleaje
impetuoso?
En el silencio de la noche...
añoro aquellos besos que energizaron mi
vida. Te busco en la distancia.
Porque hoy llevo sobre mi
corazón, sólo una corona de flores.